Me incorporo y decido continuar.
la melancolía intenta detenerme,
pero la voluntad me impulsa.
Atrás quedó el ídolo de tu persona.
Pretendo deshacerme de tu ausencia.
Enmendar el alma
exige destreza y constancia.
Zurcir el ser y drenar el dolor
o resignarse a morir.
No sólo purgo el fracaso,
sino también tu recuerdo.
La coraza que vistes resultó infranqueable,
entregué el ser y terminé desnudo,
vulnerable a tu mirada,
alérgico a tu piel.
Pero busco el elíxir del olvido,
para nublar mi cariño
e incendiarte en mi memoria.
Como amuletos de fortuna
había guardado tus promesas,
más las artimañas del tiempo
consiguieron evaporarlas.
Hállame indefenso
sin sortilegios ni bendiciones.
Más el futuro aún existe sin ti.
Estoy por cruzar el portal,
me predicen cordura y entendimiento.
El panorama se torna infinito,
y en ningún sendero estás tu.
Un paso irrevocable,
lo único que me distancia
entre tu mirada y la amnesia voluntaria.
Como una patología,
en el fondo quiero
que me impidas que te borre.
