otorgó nuestro encuentro.
Imposible predecir
a tu esencia lúcida
superando lo que soñé,
todo y aún más.
Sin advertir temores
los infortunios has quebrado.
Confieso que guardo
para tu sonrisa un altar.
Labios que me guardan
complicidad y ternura,
fina línea que idea y fabrica
horizontes inauditos.
Tus ojos penetran mi alma,
temo que encuentres mis carencias,
mas me entiendes
quedando absueltas mis caídas.
Encuéntrame sin nombre,
que tu caricia me reconstruya,
y así no arrastrar al pasado.
Mar de agua dulce,
espejo astral,
defíneme a la luz de tu silueta.
Ahora bajo la orbe de plata
no pretendo dormir rodeado de amor,
lo que anhelo es despertar
enraizado a tus brazos.
Los miedos incitan,
bailan a mi alrededor
escudriñando cualquier flaqueza,
un asedio inmisericorde
Pero no te preocupes,
tu cariño es mi mejor coraza.
Así el corazón palpita,
retumba lleno de vida.
Así una ilusión camina y hace caminar,
buscando que un día amanezcas,
y sin siquiera sospecharlo
me descubras para ti.