miércoles, 1 de septiembre de 2010

Piel a piel



I

No hay que inventar explicaciones ni pretextos;
al menos no para este encuentro.
Simplemente había heridas
y ambos nos necesitábamos.

Me helé al verte llegar.
Tu rostro discretamente maquillado,
tu cabello ondulado 
suelto al aire.

Un bello vestido claro,
ligero y lindo 
que ajustado a tu cuerpo
imitaba tu silueta
y despertaba mi curiosidad. 
Unos sugerentes botones sueltos 
especialmente para mí.

II
Al cruzar el portal de la habitación
nos fundimos en ósculos apresurados
para expirar la impaciencia
y desnudar la timidez.
Jugueteando lascivamente
buscábamos no recordar
nuestra doliente soledad.

Recostados, y tú encima de mí,
mi mano palpa tus piernas
y se extravía entre sus delirios.

Tus prendas desvanecieron y
vestiste sensualidad.
La tela se deslizó por tu figura
cediendo a nuestra ansiedad
para no demorar más lo inevitable,
para mostrar misterios
y nuevos mares.

Rozando sensibilidad 
y sin creer a mis sentidos
exploré delicias y rincones.

III
El arte en tus besos me hipnotizó,
y con ternura  esfumaste mi ropaje.

Mi pecho y tus manos,
tus labios y mi cuello.
Tu aliento caminó por mi vientre
descendiendo hacia el deseo.

Dulzura  de tu boca,
Caricias de tu lengua.
quebraste mis suspiros
con tan cariñosa felación.
Ganaste el duelo,
y vulnerable a tus encantos
rompí en éxtasis.

IV
Devolviendo la gracia
volví a la fuente, tus labios.
Con torpeza y con tropiezos
navegué  por tu mapa,
islas y naufragios a través de ti:
tu mentón,
tu cuello,
tu hombro derecho,
sumergiéndome en tus senos, 
y el lunar bajo el pezón izquierdo;
tu cintura, 
tu ombligo,
me perdí en tu cadera,
y encallando entre tus piernas
me hallé otros tiernos labios
que besé sin recelo
mientras tu espina entera se erizaba.

Tus muslos abrazan mi cuerpo
y tu espalda se arquea de gozo.
Los botones de tu pecho
cantan tu inasfixiable excitación.

Sentí tu esencia temblar
cuando un gemido salió de tu garganta.
Vínculo hermoso,
a la luz de un orgasmo.

V
Emprendimos esto como un juego
siendo cómplices que querían
vengarse de la vida 
y olvidar el pasado.

Juramos y apostamos
que esta sería la única vez.
Pero caímos
e imaginamos un futuro juntos.

Envuelta en las sábanas 
preciosa mujer,
diosa húmeda
no había mejor tesoro que admirarte.

Me miraste dulcemente y sonreíste.
Sin  palabras me abrazaste.
Profundamente y segura te fuiste colocando,
el perfume de tus cabellos revueltos sobre mi cara,
secuaz oscuridad que enmarcaba tu figura.

Piel a piel hasta el alba,
comunión inusual
Morí  mil veces dentro de ti,
y reviví con el baile de tus caderas.

A la verdad de tu experiencia y de nuestro primer encuentro,
con mentiras piadosas te oculté mi virginidad que ya te habías llevado.

Coito transmutado en poesía,
preferimos compartirnos a poseernos.

VI
Unidos por un abrazo
bajo el agua que nos baña
nos susurramos secretos,
temores y delirios.
Desbordando afecto
y evitando los resquicios 
de nuestros cuerpos empapados. 

Ya no necesito abrazos espectrales ni labios ausentes,
tú me completas.

Murió el deseo con el amanecer
para invitar al amor a entrar en nuestras vidas.

1 comentario:

  1. este ya es viejo
    originalmente lo hice para un concurso literario
    donde el tema tenía que ser la primera noche de una pareja

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